El Desnudo en el Arte de Fernando Peña Defilló
Fernando Peña Defilló, que ejerció la crítica de arte con maestría durante varios años, anotaba en Jaime Colson una “dedicatoria a la juventud y al desnudo, al triunfo y a la gloria de ambas condiciones (...)” Esa misma apreciación, se la podríamos dedicar a Fernando Peña Defilló, en su morfología dominante de la juventud y el desnudo. Cuadro tras cuadro -que piden una contemplación y no el paso instantáneo de una obra a otra- , observamos el simbolismo de la imagen y la realidad de un tratamiento alternadamente elegante y refinado, vigoroso y potente, del cuerpo humano. Este se impregna, en permanencia, de una connotación espiritual, hasta en las situaciones cotidianas, al traducirse, indisociable, una concepción física y alegórica de la figura “al natural”. A menudo han hablado de misterio. Hay una verdadera exploración del desnudo en el caudal de exigencias estéticas y de belleza ideal. Muestra la desnudez casi siempre de frente o de espaldas, acentuando así la fuerza estructural del protagonista. Sin embargo, su interpretación atraviesa variaciones, espontáneas tanto como voluntarias.: él reconsidera y remodela, reconstruye y reequilibra el cuerpo humano.
Ahora bien, cuando se juntan en el deseo, los cuerpos de hombres y mujeres transmiten un diálogo sensual y un goce tranquilo. Que se nos permita elegir un ejemplo emblemático, “El Manto de la Noche”. Aquí, una pareja reposa, amancebada física y místicamente debajo de las constelaciones, y metafóricamente reina la luminosa solemnidad del amor. La aparente sencillez del sujeto y de su tratamiento pictórico testimonia la virtuosidad natural del talento magistral. Fernando Peña Defilló actúa a modo de un creador omnisciente y todopoderoso ante el desnudo de la mujer y del hombre. Lo ha sublimado con una diversidad expresiva, que corresponde a una de las lecturas de una obra “develada”... y a los enfoques de la exposición: Naturaleza, Erotismo, Academia, Eternidad, Inocencia y Fantasía.
Fernando Peña Defilló (Santo Domingo, 1926 – Jarabacoa, 18 de mayo de 2016) fue un pintor dominicano, nacido en la ciudad de Santo Domingo. Estudió en la Escuela Nacional Bellas Artes de 1949 a 1951, donde fue educado por José Gausachs, José Vela Zanetti, Celeste Woss y Gil y Gilberto Hernández Ortega.
Artículo vía museofernandopenadefillo.com