Kelvin Naar: Fotografías en blanco y negro
Fotografiar a las personas es violarlas, al verlas como nunca se ven a sí mismas, al tener un conocimiento de ellas que nunca podrán tener; convierte a las personas en objetos que pueden poseerse simbólicamente. Así como una cámara es una sublimación del arma, fotografiar a alguien es un asesinato subliminal, un asesinato suave, apropiado para una época triste y asustada.
El arte fotográfico dominicano todavía debe conquistar espacios y forjar nuevos caminos como planteamientos estéticos directos y fuertes, que toquen las almas y las conciencias de sus receptores.