Manuel Valldeperes: El Arte Dominicano, 1963

Los rasgos de la nacional enraízan el arte; pero no porque una pintura o una escultura estén ligadas a sólidas formas de vida puede decirse de ellas que son buenas. La bondad de una obra de arte está determinada por el estilo, que es una conjunción de forma y contenido. Y el contenido de una obra de arte sí está determinado por la raza, la sangre y el ambiente, eso es, por lo que raza, sangre y ambiente han puesto, de manera inalienable, en el interior de un artista.

Las artes plásticas dominicanas comienzan a ser una expresión de lo nuestro, con esencia y trascendencia, porque nuestros artistas, al absorber en sí los elementos —podríamos decir los valores— de que nutre la República Dominicana plenamente integrada —integrar una nación es obra de creación popular—, se dan cuenta de que la expresión de nuestro arte no puede ser reflejo del pasado, sino síntesis del nuevo espíritu, porque en el pasado remoto están las raíces del porvenir, pero no el porvenir.

Nuestras mejores obras están por realizar todavía —exceptuada las obras de los maestros—, aunque ya nuestras artes plásticas, gracias a la libertad con que nuestros artistas trabajan, son actuales y calificadas, hablan el idioma del tiempo que vivimos y lo hablan con dignidad, con perfección y con belleza. Lo advertimos, sobre todo, y de manera creciente —la XI Bienal de Artes Plásticas es una prueba de ello—, en las jóvenes generaciones de artistas dominicanos, que son las que han absorbido nuestra esencia y se trascienden trascendiéndola.

Pensamos, al decirlo, en los jóvenes, porque en ellos está la realidad de nuestras máximas posibilidades, en la implícita promesa que ellos significan. Y pensamos también en los maestros, cuya obra ya madura, cuajada en experiencias, puede y debe desempeñar un papel rector en la orientación del gusto y la sensibilidad de nuestro tiempo. Y si creemos que en los jóvenes está la máxima realidad de nuestras posibilidades es porque ellos pertenecen en carne y espíritu a nuestro tiempo, a nuestra realidad, y porque, por encima de toda conciencia universal de crisis, impelidos por la libertad que reina en el país, dedican su esfuerzo al enriquecimiento espiritual de nuestra vida.

– Manuel Valldeperes, Agosto de 1963, vía BNPHU copyright © 2018

Manuel Valldeperes (Barcelona, España, 15 de agosto de 1902-Santo Domingo, 23 de noviembre de 1970), crítico de arte, escritor y crítico literario, llegó a la República Dominicana en el año 1939.

Fotografia de Manuel Valldeperes


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