Su Majestad la Muerte

Hendido así,
de cara al Cosmos,
lo vemos más cuando se rinde en lo incomprensible;
cuando es halo y no cuerpo,
cuando es luz y no vida.

Pasa como si se perdiera hundiéndose en nosotros;
y lejano y cerca de las cosas,
vuelve y vuelve,
pero no lo vemos,
sino que lo advertimos muy junto
y como desleído en nosotros.

El rayo iba a caer, pero no cayó,
sino que quedó suspendido entre Dios y nosotros.

Ahora vive en el agua;
y en el niño que nos desconoce;
y en la pisada tenue de la brisa;
y en la religiosidad que nos arcana el dolor;
y en la alegría superflua de todo humano triunfo;
y en el goce mentido de la caricia de la tarde;
y en la angustia compasiva de la ansiedad;
y en el instante que se soñó un milenio;
y en el milenio que fue un instante.

Quedó prendido en el cordaje de Dios, como nota
que desnivela el tiempo,
que contrae el mundo hacia el átomo,
y que en un átomo vuelve a recrear el mundo.
¡Tan asequible y tan lejano!
¡Tan perdido y tan nuestro!
Ya no es de su esposa, ni de sus hijos, ni de su madre,
sino mío y de todos...

La muerte tentó a Dios;
y los muertos no tienen estado, no tienen
dimensión ni tienen domicilio.
Los muertos son libres como el aire, y aún más.
Nadie puede huirles; nadie es capaz de aprisionarlos;
se salen de las manos del amor;
miran al bien como un extraño;
el rostro del mal desconocen;
poseen una conciencia tan consciente que llega a los
linderos de la inconsciencia,
y Dios no los alcanza, porque toman su forma
informe y su silencio de sonoridades desoídas.

El cadáver estaba caliente hace pocos ratos,
¡pero yo ignoro el tiempo y hasta desconozco
el astro por que he sido influido!

– Su Majestad la Muerte, poema de Domingo Moreno

Domingo Segundo Moreno Jimenes (Santo Domingo, 7 de enero de 1894 - 22 septiembre de 1986) fue un escritor dominicano, fundador y líder del movimiento literario dominicano Postumismo.

Fotografia de Domingo Moreno Jimenes


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