Madalena dos Santos Reinbolt: Un Viaje a Través del Color y la Textura
Maria Madalena Santos Reinbolt, a menudo conocida cariñosamente como Madalena Reinbolt, fue una artista brasileña cuyo espíritu creativo floreció en medio de humildes comienzos. Nacida el 14 de septiembre de 1919 en Vitória da Conquista, Bahía, Madalena creció en una familia numerosa, una de 16 hijos. Su infancia estuvo profundamente arraigada en los paisajes rurales de Bahía, una experiencia que dejaría una huella indeleble en su viaje artístico.
Desde temprana edad, Madalena se sumergió en un mundo de artesanía y creatividad. Su madre, Ana Maria de Souza Pereira, era una artesana talentosa que se dedicaba a diversas formas de trabajos manuales tradicionales, desde hilvanar algodón y fabricar cerámica hasta crear delicados encajes e incluso hacer mantequilla. Sin embargo, debido a las limitaciones de su crianza, Madalena nunca recibió una educación formal y no podía leer, aunque podía firmar su propio nombre.
En sus primeros veinte años, Madalena se aventuró a Salvador para trabajar como criada, comenzando su camino hacia la independencia y la exploración. En 1945, se trasladó a Río de Janeiro, donde pasó dos años trabajando como criada antes de mudarse a São Paulo en 1947. Después, regresó brevemente a Río de Janeiro antes de establecerse en Petrópolis en 1949. En Petrópolis, asumió el papel de cocinera en la finca Samambaia, propiedad de Lota de Macedo Soares y Elizabeth Bishop.
Sin embargo, la pasión de Madalena por el arte comenzó a eclipsar sus deberes culinarios, y a fines de 1952, fue despedida de su puesto como cocinera debido a dedicar demasiado tiempo a sus crecientes actividades artísticas. Elizabeth Bishop, amiga de la familia, describió el dilema como una elección entre "arte y paz", con la tranquilidad finalmente prevaleciendo sobre el deseo de crear una obra maestra todos los días. Sin inmutarse por este contratiempo, Madalena continuó pintando e incluso vendió algunas de sus obras a amigos de Soares. Fue en 1952 cuando se casó con Luiz Augusto Reinbolt, el cuidador de los terrenos de Samambaia.
El viaje artístico de Madalena Santos Reinbolt comenzó en sus primeros años, cuando pintaba viejos periódicos y creaba collages con hojas y plumas. Con el tiempo, su expresión creativa evolucionó a medida que comenzó a dibujar, pintar y bordar a mano alzada. Su talento no pasó desapercibido por sus empleadores, quienes la reconocieron como una artista durante su tiempo como criada en São Paulo y la alentaron a perseguir sus aspiraciones artísticas.
A principios de la década de 1950, marcó el surgimiento de las primeras obras conocidas de Madalena. Mientras Bishop y Soares estaban fuera de la ciudad, comenzó a pintar en rocas y botes de basura, alentada por Lota de Macedo Soares a profundizar en sus esfuerzos artísticos. Soares proporcionó a Madalena pinceles, pintura al óleo y papel después de descubrir un álbum de sus dibujos que representaban los paisajes y monumentos de Río de Janeiro, incluyendo sitios icónicos como el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor.
El estilo artístico de Madalena, caracterizado por trazos expresionistas y gestuales, cobró vida en el papel desde 1950 hasta 1963 antes de hacer la transición exclusivamente a lienzos. Sus pinturas cobraban vida con pinceladas rápidas y envolventes, capturando la esencia de su tema con colores vibrantes y profundidad emocional.
Alrededor de 1969, se abrió un nuevo capítulo en el viaje artístico de Madalena cuando cambió su enfoque de la pintura a la creación de tapices a gran escala. Utilizando hilo sobre arpillera, creó "pinturas con lana", una forma única y cautivadora de expresión que mantenía su estilo gestual, reemplazando la pintura con hilos. Los tapices de Madalena presentaban temas agropastorales que recordaban su crianza rural en Bahía, representando escenas llenas de animales, árboles y boiaderos, ofreciendo a los espectadores una experiencia táctil y visualmente impactante.
Trágicamente, Maria Madalena Santos Reinbolt falleció en Petrópolis en 1977, dejando atrás una obra de arte que continúa cautivando e inspirando. Su viaje desde una familia numerosa en una granja en Bahía hasta los reinos de la artesanía, marcado por su transición de la pintura a la creación de "pinturas con lana", se erige como un testimonio del duradero poder de la creatividad y la perseverancia del espíritu humano. El legado de Madalena Reinbolt perdura a través de su arte, invitándonos a explorar el mundo a través de sus visiones coloridas y texturizadas de Brasil rural.
Toda imagenes de las obras de Madalena dos Santos, via Galeria Estação, São Paulo, Brasil.