Alberto Giacometti: Algunas cosas que debes saber sobre este gran artista
Alberto Giacometti, un verdadero maestro de muchos medios, no fue sólo un escultor; era un torbellino de expresión artística. Esculpió, pintó, dibujó y grabó hasta llegar al panteón de los grandes del siglo XX. ¿Pero qué lo motivó? Destapemos las capas y exploremos ocho facetas fascinantes de este notable artista y su carrera multifacética.
Es un escultor que define una época
El artista suizo Alberto Giacometti obtuvo reconocimiento mundial cuando recibió el máximo premio de escultura en la Bienal de Venecia de 1962. Su escultura de bronce de tamaño natural, "L'Homme qui marche I", alcanzó un estatus notable como una de las esculturas de mayor precio jamás subastadas en 2010. Esta pieza icónica aparece ahora en el billete de 100 francos suizos y sirve como tributo a el artista innovador.
Colaboró con los surrealistas
En 1931, Giacometti participó en las actividades del grupo surrealista de André Breton en París. A pesar de ser posteriormente expulsado del movimiento debido a sus obras modelo "realistas", Giacometti mantuvo su fascinación por conceptos surrealistas como la sexualidad y el trauma. Las esculturas creadas a principios de la década de 1930, que parecían juguetes o juegos, animaban a los espectadores a interactuar con ellas, un concepto pionero para esa época.
Provenía de una familia con una rica formación artística
Nacido en 1901, Giacometti mostró una pasión por el arte desde una edad temprana y pintó su primer óleo a la tierna edad de doce años. Su padre, Giovanni Giacometti, logró el éxito como pintor postimpresionista, mientras que su padrino, Cuno Amiet, se hizo un nombre como fauvista. Además, su hermano Bruno siguió la carrera de arquitecto, y su hermano Diego, que se desempeñó como diseñador y artista, desempeñó un papel crucial como modelo principal y asistente de Giacometti. Giovanni compartió su amor por el arte y los grabados en madera con su hijo. A lo largo de su trayectoria artística, Alberto exploró diversas técnicas de impresión, entre ellas el aguafuerte, el grabado, el aguatinta y la litografía.
Su reputación se basa principalmente en su interpretación de la forma humana
Si bien incursionó en la pintura, el dibujo y el diseño de elementos decorativos, Giacometti es conocido por sus esculturas, con especial énfasis en sus representaciones de figuras humanas. Después de su regreso a París desde Ginebra después de la Segunda Guerra Mundial, Giacometti centró su atención en la creación de figuras solitarias alargadas, frecuentemente en poses caminando o de pie, y exploró agrupaciones figurativas en diversos contextos espaciales. La perspectiva distintiva de Giacometti lo llevó a crear temas caracterizados por detalles meticulosos pero que poseían una calidad excepcionalmente esbelta y esquelética.
Su trabajo involucra a sus amigos y familiares
Giacometti prefirió utilizar modelos que conocía a nivel personal, entre ellos su hermano Diego, la artista Isabel Rawsthorne, su esposa Annette y su amante Caroline. Rechazando las ideas clásicas de la perspectiva, también esculpía con frecuencia sus modelos de memoria.
Diego ha posado diez mil veces para mí. Cuando posa no lo reconozco. […] Cuando mi esposa posa para mí, después de tres días ya no se parece a ella. simplemente no la reconozco.
Permaneció en el mismo estudio durante la mayor parte de su carrera
Alberto Giacometti ocupó inicialmente un modesto estudio en París en el 46 de la rue Hippolyte cuando era un joven artista. A pesar de su falta de glamour parisino y su intención de mudarse a un espacio más grande, continuó trabajando desde ese pequeño y desordenado estudio durante toda su carrera. Curiosamente, este estudio se convirtió en un lugar de reunión para varias figuras culturales, entre ellas el filósofo Jean-Paul Sartre, el novelista Samuel Beckett, el artista Henri Matisse y la actriz Marlene Dietrich.
Una parte importante de su producción artística gira en torno a la cabeza humana
La fascinación por el concepto de que la vida de una persona se refleja en sus ojos se convirtió en un motivo central en la obra de toda la vida del artista, con un enfoque particular en capturar la mirada del sujeto.
No puedo ver simultáneamente los ojos, las manos y los pies de una persona que se encuentra a dos o tres metros delante de mí, pero la única parte que miro implica una sensación de la existencia de todo.
He involved himself in the design of decorative objects as a means of livelihood during the 1930s
Giacometti's creations encompassed lamps, vases, jewelry, and wall reliefs. Collaborating with renowned interior designer Jean Michel Frank and receiving support from his brother Diego, who would later establish himself as a furniture and sculpture designer, Giacometti's decorative pieces gained popularity, being featured in publications like Vogue and Harper's Bazaar. His collaboration with Frank was significant, and he designed approximately a hundred objects. Contrary to viewing decorative arts as minor, Giacometti saw their significance, and there were instances where his work in this realm influenced his sculpture practice and vice versa.