El cuadro perdido de Frida Kahlo "La mesa herida"
En 1940, la reconocida artista mexicana Frida Kahlo completó una de sus obras maestras, titulada "La Mesa Herida", que significa "La mesa herida". El último avistamiento documentado de esta obra de arte se remonta a 1955, cuando se exhibió en una exposición en Varsovia. Desde entonces, ha habido momentos intermitentes de esperanza, y algunas personas afirman poseer la pintura.
En junio de 2019, las autoridades mexicanas hicieron un anuncio significativo sobre el arresto de un hombre en el estado de Morelos que fue detenido mientras intentaba vender la pintura. Las sospechas surgieron cuando intentó certificar ante notario el contrato de compraventa. Según los documentos, la pintura iba a ser enviada a un comprador en Londres a cambio de una propiedad de 20 millones de pesos en Acapulco. Los funcionarios mexicanos expresaron su preocupación sobre la legitimidad de la venta, ya que el detenido no pudo presentar físicamente la pintura como prueba.
En particular, la única imagen oficial de la pintura es una fotografía en blanco y negro tomada por Bernard Silberstein en 1941, un año después de que Kahlo completara la obra de arte, en la que aparece el artista junto a 'La Mesa Herida'.
La desaparición de "La mesa herida", pieza muy buscada entre los estudiosos de Frida Kahlo, se produjo luego de que la artista la donara generosamente a la ex Unión Soviética. La creación de este autorretrato por parte de Kahlo se desarrolló durante la transición de finales de 1939 a los primeros meses de 1940. En particular, en diciembre de 1939, se finalizó el divorcio de Kahlo de Diego Rivera, lo que marcó un período de profunda agitación personal. La pintura, "La mesa herida, 1940", surgió como una expresión de su profunda desesperación y aguda soledad.
En esta obra de arte, las imágenes de sangre goteando reflejan el simbolismo que se encuentra en "Las dos Fridas", donde la sangre mancha su falda de tehuana. Es significativo señalar que "La mesa herida" es su única otra obra importante, tanto en dimensiones físicas como en complejidad temática, además de "Las dos Fridas". En una carta a Muray, Kahlo describió su incansable esfuerzo y comentó que estaba "trabajando sin descanso" para completarlo a tiempo para la fecha límite del 17 de enero fijada para la inauguración de la "Exposición Internacional del Surrealismo". Esta exposición presentó "La mesa herida" de Kahlo junto con obras maestras de otros artistas surrealistas eminentes, como "La persistencia de la memoria" de Salvador Dalí y "La traición de las imágenes" de René Magritte.
En este cuadro, la mesa adopta una forma humana con patas y su superficie presenta marcas de sangrado en algunos nudos. Esta mesa sirve como un símbolo conmovedor que representa el profundo sentimiento de Frida Kahlo de una familia fracturada como resultado de su divorcio. Alrededor de la mesa hay varios objetos, con la propia Frida colocada en el centro, rodeada por los elementos que la acompañan.
A un lado están los dos hijos de su hermana Cristina, lo que simboliza el anhelo de Frida de tener sus propios hijos. Por otro lado, un ciervo, una de sus queridas mascotas, asume el papel de hijo sustituto en su vida. Junto a ella se sienta una figura de Nayarit. Una imponente figura de Judas, que representa a Diego Rivera, ocupa un lugar destacado y simboliza la traición. Al reflexionar sobre el divorcio, Rivera finalmente reconoció su mala conducta y expresó: "Simplemente quería ser libre de perseguir a cualquier mujer que despertase mi interés... ¿fui simplemente una víctima de mis propios deseos insaciables?"
Estos personajes están meticulosamente dispuestos en una composición que recuerda a "La Última Cena" de Leonardo da Vinci.
Inspirándose en una escultura de Nayarit que representa una pareja abrazándose, que ahora se encuentra en el Museo Frida Kahlo, Frida Kahlo extendió el brazo de la estatuilla colocada a su izquierda. Quizás, para subrayar su conexión con la cultura precolombina, fusionó a la perfección el brazo del ídolo con el suyo. El esqueleto de arcilla, estabilizado con su hueso pélvico atado a una silla como soporte, sostiene un mechón de su largo cabello en su antebrazo enrollado, creando un vínculo íntimo entre los dos. De hecho, los tres artefactos mexicanos probablemente representan facetas de la propia Frida, ya que el ídolo posee patas de palo, y tanto el esqueleto como la figura de Judas exhiben el pie derecho roto y ensangrentado.
La incorporación de cortinas por parte de Frida en esta pintura empleó una técnica previamente utilizada por varios viejos maestros. Sirvió como un trampantojo diseñado para atraer a los espectadores a la composición, resaltando el artificio de la escena y mostrando la notable habilidad del artista para representar cortinas realistas suspendidas ante una imagen. Esta técnica se puede observar en obras como "El arte de pintar" de Johannes Vermeer y "Danae" de Rembrandt.
En cuanto a "La mesa herida", su última exposición conocida tuvo lugar en Varsovia en 1955. Posteriormente, desapareció, lo que desató una búsqueda internacional en curso para localizar esta enigmática obra de arte.